Finalista en Roland Garros en 2019 y luego en los Juegos de Tokio en 2021, Marketa Vondrousova dio finalmente la vuelta a la tortilla este sábado en Wimbledon. En la tercera gran final de su carrera, la checa de 24 años dio en la clave, siendo más consistente y, sobre todo, menos propensa a la emoción y la presión de ganar un major que la tunecina Ons Jabeur, cuyo nivel de juego fluctuó salvajemente en función de las tensiones del momento (6-4, 6-4).

En una final que parecía la oportunidad del siglo para Jabeur, que se enfrentaba a una jugadora no cabeza de serie después de haber eliminado a cuatro campeonas de Grand Slam en rápida sucesión, incluidas tres ganadoras de Wimbledon (Kvitova, Rybakina, Sabalenka), nunca hubo tenis de champán. Tensa pero efectiva, Jabeur abrió brecha primero, pero ya estaba claro que sus servicios y que el marcador iba a ir yoyando al principio (2-0, 2-2, 4-2). Jabeur no estaba jugando su mejor tenis, pero Vondrousova se mostraba muy inestable sobre la hierba.

Pensar que hasta este año, su balance en hierba en el circuito principal era de dos victorias y diez derrotas... Para Ons Jabeur, ahora derrotada tres veces en tres finales de Grand Slam (tras Wimbledon y el US Open del año pasado), el golpe es duro y la digestión promete ser dolorosa. Entre lágrimas, declaró en la ceremonia de entrega de trofeos: "Es la derrota más dura de mi carrera".