Lanzada como nunca en una final de Grand Slam el sábado, Iga Swiatek logró revalidar su título. Con tres coronas parisinas y cuatro grandes títulos a sus 22 años, la polaca confirma su dominio en el tenis femenino. Tenía tantas ganas de levantar el trofeo que lo agitó demasiado y la tapa de la Copa Suzanne Lenglen terminó en el suelo. Confundida, Iga Swiatek reanudó rápidamente su celebración, dando rienda suelta a su alegría en el podio del court central de la Philippe-Chatrier. Dos emociones más para la número 1 del mundo, que se mostró serena y decidida durante mucho tiempo en la final, luego frustrada y un poco perdida, antes de emocionarse hasta las lágrimas en su punto de partido. "Irreal", escribió en la cámara, resumiendo las 2 horas y 46 minutos que pasó en la cancha, siendo el partido más largo y sin dudas que el más duro de su carrera en Roland Garros.